Glaucoma
El nervio óptico es una estructura clave para la visión, por medio de él, las imágenes que capta la retina se transmiten al cerebro para que este las interprete y se genere la visión.
Se aconseja una evaluación anual en personas con alguno de los siguientes factores de riesgo:
Antecedentes familiares de glaucoma
Hipertensión ocular
Miopía o hipermetropía alta
Patologías oculares
Mayores de 60 años
El nervio óptico es una estructura clave para la visión, por medio de él, las imágenes que capta la retina se transmiten al cerebro para que este las interprete y se genere la visión. El glaucoma consiste en la muerte de las células de la retina, que forman el nervio óptico, conlleva a la pérdida progresiva del campo visual. El glaucoma es una de las causas de ceguera irreversible, ya que provoca un daño progresivo e irreversible del nervio óptico secundario a la presión intraocular. Lo padecen 80 millones de personas en el mundo y hasta un 50% de los afectados no saben que lo padecen, ya que es una enfermedad silenciosa, pero irreversible, por lo que el diagnóstico temprano es de suma importancia para evitar la ceguera.
La hipertensión ocular, es el principal factor de riesgo para desarrollar glaucoma. Esto sucede por que el humor acuoso, que es el líquido que se produce en el interior del ojo, no drena de manera correcta y se acumula, presionando el nervio óptico.
La predisposición genética también es un factor importante en determinados tipos de glaucoma.
Lo padecen 80 millones de personas en el mundo
y hasta un 50% de los afectados no saben que lo padecen
Lo peligroso del glaucoma es que usualmente no genera síntomas, de allí el nombre con el que se le reconoce “ladrón silencioso», ya que por lo general el paciente no siente ningún síntoma mientras la enfermedad daña la vista.
Cuando se presente una elevación de la presión intraocular aguda, de manera súbita, puede presentarse visión borrosa, dolor de ojo, cefalea u ojo rojo.